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Nombre del astro entre los romanos que se corresponde con el Helios griego y, posteriormente, con Apolo. Alegoriza las cualidades masculinas de la mente. El ego, el yo, lo conocido, la energía dadora, el impulso vital y el espíritu creativo. La expansividad, la extroversión, la vitalidad. La capacidad de dar, iluminar y brillar que el individuo guarda dentro de sí, su luz y su sol interior, su corazón y sus ojos... Rige a Leo, tarda un mes aproximadamente en recorrer cada signo y su ciclo dura un año en total.
Nombre romano del astro que en Grecia corresponde a Selene o Hécate y, posteriormente, a Artemisa. Representa las cualidades femeninas de la mente. El alter ego, el otro yo, lo desconocido, la energía receptora y gestante. La introversión, la intuición, la imaginación, la sensibilidad... La capacidad de aceptar, recibir, partir y repartir que todo individuo guarda en sí, su luz interior, sus entrañas y sus otros ojos... Rige a Cáncer, tarda dos días y medio aproximadamente en recorrer cada signo y su ciclo dura unos 28 días, casi un mes.
Es el equivalente en Roma al Hermes griego. El intelecto, la comunicación, el lenguaje, la escritura, el aprendizaje, la habilidad, la destreza, la maestría, la inteligencia, la astucia. El comercio, el intercambio, el servicio, la practicidad... El sistema nervioso, los pulmones, los brazos y manos, todo lo que sirve para comunicarse con el exterior por medio de las obras, las palabras, el aliento … Rige a Géminis y Virgo, invierte un tiempo muy parecido al del Sol para recorrer cada signo, pues está tan cerca de él que su ciclo es, aproximadamente, el mismo.
La Afrodita griega. El amor, el encanto, la belleza, la armonía, el arte, la búsqueda del placer, del equilibrio y de las formas correctas, la liviandad, la exuberancia, la sensualidad... La riqueza material y espiritual. Los recursos propios y la capacidad de disfrute que el individuo guarda en sí, sus sentidos... Prototipo de las cualidades femeninas de la naturaleza, rige a Tauro y Libra, y al igual que Mercurio, está tan cerca del Sol que su ciclo y lo que tarda en recorrer cada signo se asemeja al del astro rey. Antiguamente se le llamaba "el pequeño benéfico".
El Ares griego, amante de Afrodita, unión de la que nació Eros o Cupido. El coraje, el arrojo, la valentía, la acción, la energía en sí misma, la sexualidad, el deporte, la lucha, lo marcial, la osadía, el desafío, la agresividad, la crueldad, la violencia... La capacidad de acción y reacción que el individuo guarda en sí, sus resortes, sus músculos… Prototipo de las cualidades masculinas de la naturaleza, rige a Aries, puede tardar más de un mes o dos en recorrer cada signo y su ciclo dura aproximadamente dos años. Antiguamente se le llamaba "el pequeño maléfico".
El Zeus griego, señor y juez de todo el Olimpo. La ley, la justicia, el poder, la sabiduría, la magnanimidad y beneficencia, el favor, el mecenazgo, la benevolencia. El paradigma humano de la ley y el orden, la civilización, el progreso. La extroversión y la exageración, el amor por la comodidad y la buena vida... La capacidad de desarrollo y regeneración que el individuo guarda en sí, sus agallas, su valor, su hígado. Rige a Sagitario y, antes de descubrirse Neptuno, regía también a Piscis, tarda un año aproximadamente en recorrer cada signo y su ciclo completo dura unos doce años. Antiguamente se le llamaba "el gran benéfico".
El Cronos griego. El Tiempo, los límites y limitaciones, la restricción, lo castrante y separante, las cortapisas, barreras e impedimentos... La investigación, la prudencia, la meticulosidad, las normas, la base, el fundamento, y todo aquello que obliga al individuo a crecer, a defenderse, a envejecer o perdurar, su fuerza interior, sus cabellos, huesos, uñas y dientes... Rige a Capricornio y, antes de Urano, regía también a Acuario. Tarda algo más de dos años en recorrer cada signo y su ciclo dura aproximadamente unos 28 años en total. Antiguamente se le llamaba "el gran maléfico" y, así como fue el último planeta conocido del mundo antiguo, marca la frontera entre lo individual y lo universal.
Nombre del primer dios nacido de Gea, la Tierra, primera deidad griega con la que originó la primera generación de dioses. No tiene equivalente romano y su nombre significa "cielo que envuelve a la Tierra", algo así como la atmósfera. Es llamado, junto a los que le siguen, planeta transpersonal, pues no se ve a simple vista como los anteriores, está más allá de la experiencia única y forma parte de lo colectivo. Urano abre una puerta a lo desconocido, es lo que está fuera de toda regla y gobierno, los grandes hallazgos e inventos. La rebeldía, la originalidad, lo anticonvencional, la extravagancia. Lo novedoso, sorpresivo e inesperado, aquello que no se rige por normas ni convenciones... El impulso eléctrico que late en toda vida y la propaga por doquier, su aparato circulatorio. Rige, desde su descubrimiento en el siglo XVIII, a Acuario. Invierte unos siete años en recorrer cada signo y su ciclo completo dura por lo tanto 84 años aproximadamente.
El Poseidón griego, dios del mar y de las aguas terrestres. Neptuno, descubierto a mediados del siglo XIX, avanza un paso más en el camino que abrió Urano, el primer planeta transpersonal, sumergiéndose en lo desconocido, oculto, secreto y misterioso. Es lo que no puede investigarse con la razón y la lógica, lo místico, todo aquello que no se puede comprender si no es por medio de la fe y las creencias. Lo subconsciente... Lo que navega a caballo entre ficción y realidad, lo engañoso, turbio y confuso, embriagador. Los seres de mundos ignotos, la imaginación, las visiones y alucinaciones, el éxtasis. Los fluidos y humores de un organismo. Rige a Piscis y tarda más de una década en recorrer cada signo, por lo que, su ciclo completo es de más de un siglo y nadie llega a vivirlo entero.
Así se referían en Grecia a Hades, señor de las Tinieblas y de ultratumba, para restar algo de espanto a tan lúgubre deidad. En griego significa "el Rico", nombre más favorable que Hades. Plutón está más allá de la Luz, lejos del Sol y de la Tierra, al borde del sistema solar y oculto en lo abismal. Quizá por eso no pudo hallarse hasta 1930. Representa el final de un mundo y a la vez el principio de otro nuevo. Es el poder y riqueza subterráneos, la esencia de las cosas, lo que subyace en el interior, los tesoros ocultos, el Poder en sí mismo. La célula, el núcleo, el óvulo, el espermatozoide, el átomo, la energía atómica… El impulso comprimido, contenido, y toda la tremenda acción que se desarrolla una vez liberado. Principio y fin conviven en él como la muerte y el sexo para que una generación de seres sobreviva a otras y haya vida más allá de la vida… Muerte, inmortalidad, cambio, transformación, lo que no se crea ni se destruye y sólo se transforma… La atracción de los opuestos, las leyes primordiales de la naturaleza. Al igual que ocurre con Neptuno, se trata de una planeta tan lejano, tan lento, que tarda también más de una década en recorrer cada signo, por lo que, su ciclo completo es de más de un siglo y nadie llega a conocerlo entero. Rige a Escorpio.