La estancia de Urano en Acuario, desde 1995 y hasta final de 2003, ha estado favoreciendo entre otras muchas cosas la globalización mundial y los grandes movimientos unitarios de la sociedad en toda la geografía terrestre, así como el enorme avance de las telecomunicaciones, la informática, la revolución de Internet (que desembocará más tarde en el poderoso influjo de las Redes Sociales) y sus aplicaciones en cualquier ámbito de la vida humana, ya sea en el campo de la enseñanza, de lo laboral, lo comercial, lo sanitario o lo científico aunque también haya propiciado con todo ello la expansión de nuevas herramientas y armas virtuales que, sin embargo, pueden originar efectos tan beneficiosos como devastadores para toda la sociedad en el mundo real dependiendo de los individuos que las manejen.

Dada su lejanía y lento recorrido a través del Zodíaco, Urano es un planeta generacional, por lo que todos los niños que hayan nacido durante su paso por Acuario, entre 1995 y 2004, los grandes reformistas del mañana, estarán imbuidos de esas características, doblemente uranianas por acuarianas. Pero los que hayan nacido tras el ingreso del planeta en Piscis, empezarán a mirar además hacia otros derroteros quizá más profundos y espirituales, propios ya de este otro signo.

La última vez que Urano transitó por Piscis, en 1919 y durante gran parte de los años veinte, convergió con la llegada de nuevos principios que conmocionaron el mundo de la ciencia y el arte. Tales fueron por ejemplo la teoría de la relatividad de Einstein, que hizo saltar por los aires los conceptos de la física clásica y de tantas otras cuestiones. O los primeros trabajos de Freud y de Jung sobre la psique, la interpretación de los sueños, el psicoanális y el mundo de los símbolos en general, que tiraron por tierra viejos prejuicios acerca de las enfermedades del cuerpo y de la mente, desvelando arcanos misterios y abriendo una nueva ventana a la razón. O los albores del cubismo, si es que queremos hablar de pintura, escultura y otras artes. O esa revolucionaria música llamada jazz, mezcla de diversas culturas y claro exponente uraniano por lo que tiene de libre, improvisada y rompedora. Brillante ejemplo también junto al del jazz el de los espirituales negros, nacidos del genio y figura de buena parte de una raza que aprendió a sobrevivir en tierras americanas, muy lejos del África natal al que nunca regresarían, bajo el aplastante pié de otros hombres de piel más clara, de soberbia ilimitada y de ideas algo más retorcidas, que acaparaban el poder absoluto y que, por temor a perder su hegemonía, apenas suponían algún atisbo de talento en la primera raza, a la que trataban como si ni siquiera perteneciera al género humano.

La última vez que Urano estuvo en Piscis coincidió además con la fase de introversión y reflexión que sucedió a la primera guerra mundial, conocida sin embargo como la de los felices años 20, etapa de disipación para algunos y de posguerra para todos, en la que el mundo necesitaba evadirse y resarcirse de tanta frustración y dolor, y había gente que recurría a cualquier cosa que le hiciera olvidar los duros tiempos pasados. Un período, también, en el que la religión fue nuevamente el opio del pueblo, y el arte, la música y la cultura cobraron nuevo valor, auge y esplendor en contraposición con la depresión general, y para contrarrestarla, en la que tan cruenta guerra sumió a todo el mundo.

Pero las guerras ya no son lo que eran, y la democracia, el sistema de gobierno que mejor podríamos emparentar con Urano si dejamos atrás la utopía del anarquismo, se impone ya en la Tierra aunque muchas veces lo haga a puro golpe de fuerza bruta y otras bombas disuasorias. Apuntemos pues que, a grandes rasgos, la vuelta de Urano a Piscis habrá podido reforzar el sentido unitario y democrático del mundo entero pero también sembrar cierto caos pues quizá no todas las gentes estén contentas con lo que hay sobre la Tierra. En este sentido y puesto que Piscis representa las fuerzas ocultas que duermen en el fondo del mar y del inconsciente colectivo, los conflictos ideológicos y religiosos entre los pueblos, así como el fenómeno del terrorismo alimentado por el descontento de los más débiles y peor tratados de la Tierra, han tendido a ir en aumento, y las diferentes sectas que ya pueblan el planeta han reforzado también sus huestes. Por otra parte, el mercado de la droga, lejos de desaparecer o legalizarse, se ha recrudecido más aún y sus efectos, desde luego, son cada vez más devastadores en la sociedad.

También es cierto, no obstante, que han surgido nuevos fármacos e innovadores tratamientos para viejas y nuevas enfermedades, así como técnicas revolucionarias en otros campos de la aplicación humana. Sin duda, Urano en Piscis ha favorecido varios descubrimientos en el campo de la ciencia y la medicina que empezarán a tratar los males que nos asaltan atendiendo ya no sólo a las necesidades y patologías físicas sino también a las de la psique, el alma, asumiendo por fin la interdependencia del uno y la otra como partes inseparables de un mismo organismo.

La presencia de Urano en Piscis nos ha dado oportunidades muy beneficiosas de conocimiento y progreso abriéndonos también a una conciencia superior, más adulta y reflexiva, en la que los egos personales se disuelven en pro de una causa común y más amplia, ayudándonos a ser más conscientes de que cada una de nuestras individualidades o pequeñas partes pertenecen a un todo mucho mayor.

Asimismo, el interés por la naturaleza, los estudios que tienen en cuenta los valores ecológicos y todo aquello que respete, preserve y restablezca el equilibrio medioambiental, suben puntos cada día y tienen ventaja sobre proyectos menos sensatos y más erosionantes para nuestro planeta. Por otro lado, la afición a la astrología, el ocultismo, la conexión con otros mundos o los temas parapsicológicas y espiritualistas ganan también terreno y quizá se nos confirme muy pronto la existencia de algún tipo de vida más allá de la Tierra. El paso de Urano por Piscis ha promovido además alguna revolución de orden religioso pero, en todo caso, las autoridades eclesiásticas o los líderes espirituales de cada pueblo y cultura han tenido un papel especialmente preponderante a la hora de mantener la paz y la cohesión en el mundo.

Resulta muy significativo además que el tránsito de Urano en Piscis haya coincidiendo precisamente con la estancia de Neptuno en Acuario, por lo que ambos planetas, regentes de uno y otro signo respectivamente, establecieron entre sí lo que en Astrología llamamos una "recepción mutua". Dicho de otro modo, Piscis fue el anfitrión de Urano hasta el 11 de marzo mientras que Acuario lo ha sido de Neptuno desde finales de los noventa y hasta el 11 de marzo de 2011, fecha de su entrada definitiva en Aries.

En este signo de fuego, primero del Zodíaco y conocido por su impulsividad y agresividad rayanas a veces en la osadía y la violencia, Urano, el astro más revolucionario del cielo se quedará hasta unos cuantos meses antes de que comience el año 2020 para dar inicio a un nuevo orden mundial que ya empezamos a vislumbrar con la emergencia de ciertos países que, a buen seguro, acabarán por desbancar a los que hasta ahora llevaban la voz cantante del mundo.